Desde que tengo uso de razón, me ha encantado leer. Y
siempre he estado escuchando cosas como “los jóvenes de hoy en día no leen, el
mundo de la literatura está muriendo…” y del estilo. Y claro, el yo de
ocho años, que siempre llevaba un libro en la mochila, se indignaba. “Yo sí leo”,
respondía enfadado, “y tengo muchos amigos que también leen”.
Con el tiempo mis gustos literarios fueron cambiando, y con
unos once años pasé a leer literatura juvenil (no únicamente, claro). Cuando me
empecé a mover por twitter, vi que este tipo de libros generaban muchísimo
rechazo, y nunca entendí por qué. Pero bueno, yo era feliz y seguía leyéndolos
tanto como podía.
Como era inevitable, descubrí a los booktubers. Estos
señores que hablan de libros en YouTube. Y la verdad, no sé si seré yo
el único (cosa que dudo), pero gracias a estos vídeos he descubierto muchos
libros maravillosos y he aumentado la cantidad de horas que paso leyendo considerablemente, por no hablar que me decidí a abrir este blog.

“No entiendo el fenómeno este”, continúa esta señora, “pero
está bien que la chavalada se entretenga con ello, así no están drogándose ni
robando por ahí”. Porque claro, yo cada vez que cierro youtube me voy a meter
unas rayitas de coca y después me voy a robar vodka del malo a mercadona.

“Se avergonzarán de lo que han hecho cuando sean mayores”.
Uy, sí, ¡ir a eventos literarios, que las editoriales te manden libros, qué
horror! No sé, a mí me daría más vergüenza hablar en televisión de un tema del
que ni siquiera me he molestado en informarme.
A continuación se pone a hablar de Javier Ruescas, que
obviamente, como escritor que es, habla de sus libros en el canal. Le califican
de “egobooktuber”, porque habla de su proceso creativo, tiene vídeos para
mejorar tu escritura, y cosas así. ¿Tan terrible es que un escritor profesional
quiera dar consejos para los que somos novatos, los que buscamos mejorar? De
verdad, no me lo explico.
Pero eso no es todo, cuando aborda el canal de El coleccionista de mundos, proclama que “los libros estos de adolescentes le
horrorizan” y que “está bien que los jóvenes lean, pero la calidad ya es otra
cosa”. Exacto, la misma persona que critica a los booktubers porque no los
considera lo suficiente maduros o mayores como para criticar libros (valga la
redundancia); se ve capacitada a sí misma para poner en duda la calidad de la
literatura juvenil, de la que ni siquiera se ha molestado en leer.
Cuando empieza a hablar de May R. Ayamonte, es cuando ya se
lleva la palma. Empieza a hablar de la trayectoria de la chica, de los libros
que lleva escritos y/o publicados. Citando textualmente “algo falla en el
sistema cuando está chica tiene tanto tiempo para escribir, ¡que le manden más
deberes!”. O sea, ya no sólo es poner en entredicho a los booktubers o la
literatura juvenil, sino que también critica a los jóvenes escritores.
Seguramente esos libros “serios” que lee ella tan orgullosamente, fueron
escritos por personas que empezaron a escribir de jóvenes. Pero eh, que es muy
gracioso.
Como persona que escribe y que se ve normalmente con apuros
para encontrar tiempo para ponerme a ello, me he quedado de piedra. O sea,
¿esta mujer es consciente de lo difícil que es llevar algo así siendo estudiante?
¿La impotencia que se siente cuando quieres continuar escribiendo pero no
puedes simplemente porque tienes trabajo que hacer?
Pero eso no es todo, cruza la peligrosa línea de decir “los
jóvenes leen, pero leen mierda”. Ya no es caer en la pretensión de considerar
válido solo los libros tu propio gusto, sino de etiquetar toda la literatura
juvenil de mala. Orgullosamente proclama que “yo de adolescente leía libros de
vieja, cosas serias”. Si etiquetas a los libros que leías "de viejas", no creo que los disfrutaras mucho... ¿no? Llamadme loco, pero creo que tus gustos personales no tienen por qué afectar a todo lo demás que no sea de tu agrado. No sé.
Lo mejor de todo es que después de toda la movida que ha habido con esto, ha twitteado lo siguiente:
Lo mejor de todo es que después de toda la movida que ha habido con esto, ha twitteado lo siguiente:
No, si te parece después de menospreciar el esfuerzo de esta gente se van a reír y te van a dar las gracias.

Lo que de verdad me ha enfadado no es la “crítica” (si se
puede llamar así) que ha hecho, sino la forma despectiva que tenía de decir “friki”
o incluso cómo se mofaba de esta gente porque dedicaban su tiempo a escribir o “pasaban
demasiado tiempo en su habitación”. Somos jóvenes, así que nuestras pasiones
son ridículas o incluso graciosas, ¡claro que sí! La verdad es que esperaba un
poquito más de tacto o incluso de comprensión de una persona de 28 años, que
como quien dice hace dos días era una adolescente más.
Y abordando otro tema, ¿por qué esta mujer, que criticaba a
los booktubers por hacer críticas de libros, se cree con la potestad de decidir
que libros son buenos o no? Y ya no es sólo ella, es mucha mucha mucha gente.
No sé si hay que hacer un cursillo en algún lado para hacer críticas de libros,
pero avisadme si os enteráis. A mí por lógica me parece que las personas
más capacitadas para hablar de la literatura juvenil son la que la consumen. De
nada te va a servir leer la Odisea para criticar Harry Potter, simplemente
porque son libros completamente diferentes, que no se pueden comparar entre
ellos.

Y dejando el vídeo aparte, ya es que no sé ni qué pensar.
¿Me critican si leo pero también me critican porque según esa gente lo que leo
no es válido? Además, estoy segurísimo de que si los jóvenes leyeran más
literatura “seria y de viejas” serían criticados también porque “no es para su
edad” o cosas por el estilo. Pongo la mano en el fuego, de verdad.

Tenéis derecho a leer lo que queráis, lo que os haga
disfrutar. Y si un libro os hace vivir su historia, os apasiona, jamás podrá
ser una mierda. Puede que no sea un clásico, que no vaya a perdurar en la
historia, ¿pero qué más da? Lo importante es que a vosotros os guste, que os
haga estar devorando página tras páginas a las tres de la mañana teniendo que
levantaros al día siguiente temprano.
Seguid leyendo. Literatura juvenil, clásicos, o libros de
viejas.
Y citando a un booktuber: ¡larga vida a los libros!